En ocasiones, el ruido puede ser muy irritante, es por eso que investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desarrollaron una tela de seda. Esta tiene la capacidad de suprimir el sonido y podría ser utilizada para crear espacios tranquilos.
La tela está compuesta de una fibra especial que vibra cuando se le aplica voltaje. Estas vibraciones, según los investigadores, pueden ser aprovechadas para suprimir el sonido de dos maneras. Primero, la tela, al generar ondas, estas interfieren con un ruido no deseado y así lo cancela. Esta forma funciona en espacios pequeños, como los oídos, pero no en espacios grandes, como una habitación. La segunda forma consiste en mantener la tela quieta para que suprima las vibraciones, las cuales transmiten los sonidos. Este segundo enfoque funciona para reducir el ruido en espacios grandes.
El trabajo de Grace [Noel Yang] proporciona un nuevo mecanismo para crear espacios tranquilos con una fina lámina de tela», afirma Yoel Fink, profesor de los departamentos de Ciencia e Ingeniería de Materiales e Ingeniería Eléctrica e Informática, investigador principal del Laboratorio de Investigación de Electrónica y autor principal de artículos sobre la tela. Cabe destacar, Noel Yang es la autora principal del estudio que en colaboración con estudiantes graduados y profesores del MIT pudo llevar a cabo este proyecto.
La seda supresora del sonido es resultado de un proyecto anterior: un micrófono de tela, el cual, con una sola hebra de fibra piezoeléctrica cocido en una tela, se produce una señal eléctrica cuando se aprieta y se dobla. Un ruido cercano hace que la tela vibre, convirtiendo esa vibración en una señal eléctrica. De esta forma, en este nuevo proyecto, decidieron ir por el camino contrario y encontrar la forma de suprimir el sonido. «Aunque podemos utilizar telas para crear sonido, ya hay mucho ruido en nuestro mundo. Pensamos que crear silencio podría ser aún más valioso», afirma Noel Yang.
Para poder realizarlo, los investigadores utilizan un altavoz de tela de seda para emitir ondas sonoras, estas interfieren y destruyen las ondas sonoras no deseadas. Pero como los primeros intentos daban como resultado la primera forma de inhibición de sonido (no más grande que un oído), decidieron desarrollar técnicas diferentes. Los investigadores descubrieron que al mantener la tela quieta el sonido se refleja, al igual que un espejo con la luz.
Los investigadores descubrieron que se podía reducir considerablemente el volumen de los sonidos hasta 65 decibelios (el volumen alto de una voz humana). Esto significa que la tela podría reducir la transmisión del sonido hasta en un 75%. A partir de este descubrimiento, Yang dijo que «hay muchas perillas que podemos girar para hacer que este tejido supresor de sonido sea realmente efectivo. Queremos que la gente piense en controlar las vibraciones estructurales para suprimir el sonido. Esto es solo el comienzo».
NotiPress/Axel Olivares