El 7 de junio se celebra el Día Mundial del Corredor; a propósito, el Manual MSD comparte información relevante a tomar en cuenta por las personas practicantes de este deporte. Las fracturas provocadas por estrés físico suelen involucrar el fémur, la pelvis o un miembro inferior. El 50 por ciento de los casos de este tipo de lesión compromete las piernas, particularmente las diáfisis metatarsianas de los dedos.
Las fracturas por estrés físico no se deben a una lesión predefinida provocada por una caída o un golpe. Estas fracturas se deben a la repetición constante de uso excesivo de los músculos, que a su vez, rebasan la capacidad de reabsorción de estrés de los mismos. Las actividades repetitivas de carga, como correr, bailar y marchar, ejercen más presión sobre el sistema esquelético de lo que un hueso o articulación pueden soportar, resultando en una variedad de problemas.
Un estudio realizado en el Hospital Houston Methodist y en la Universidad de Kansas revela que los puntajes de densidad mineral ósea y la longitud más corta de las extremidades pueden favorecer la predicción de lesiones óseas por estrés. La investigación, consultada por NotiPress, encabezada por el doctor Bradley S. Lambert consistió en analizar los registros médicos de corredores universitarios de larga distancia durante siete años.
Este reveló que una menor masa grasa implica mayor riesgo de fracturas en hombres. Por su parte, en mujeres, la menor masa muscular es un factor de riesgo para sufrir este tipo de lesión. Además, factores intrínsecos como la fuerza ósea y las características corporales y factores extrínsecos, incluidos el volumen y la intensidad del entrenamiento, desempeñan un papel en el desarrollo de estas lesiones. Sin embargo, las normas y criterios de evaluación de riesgo de la población en general no siempre son parámetro para los atletas, de acuerdo con el análisis de la Universidad de Kansas.
Corredores que cambian súbitamente la intensidad o el tiempo del entrenamiento y personas con mal estado físico que caminan largas distancias cargando peso (p.ej., reclutas militares recién incorporados) suelen sufrir fracturas metatarsianas por estrés (fracturas de la marcha). Otros factores de riesgo incluyen pie cavo (arco alto), zapatos con características inadecuadas de absorción de choque y osteoporosis.