Las manifestaciones del 8M de los recientes años se han caracterizado por ejecutar actos simbólicos como la iconoclasia para hacer escuchar sus consignas en contra de la violencia de género y el feminicidio. Este tipo de actos simbólicos son parte de la herramienta o táctica de manifestación de «acción directa». Cuyo concepto se conformó tras la protesta de centenares de manifestantes vestidos de negro y con el rostro cubierto en la Cumbre Internacional de la Organización Mundial de Comercio de 1999.
El concepto de acción directa, desde diversos movimientos de pensamiento, anarquismo, ecologismo y feminismo, convergen en la idea de la autonomía como pilar del propio, a nivel individual, político, de género y decisional. A su vez, la acción directa engloba una serie de actos pacíficos, como pintar consignas, realizar intervenciones a monumentos y destruir propiedad pública.
El concepto anterior se basa en la idea de «actuar» fuera de las normas institucionalizadas y transgredir las normas impuestas por el estado, en vista de alcanzar los objetivos de un movimiento en particular. De modo que las demandas sean procesadas al vulnerar los canales institucionales y de orden social.
Relacionado con ello, Colectivo Toffana escribe, «la acción directa está pensada de manera que incomode a la autoridad, presione a hacer de lados los procesos burocráticos para dar solución a problemas inminentes». En su caso, el movimiento feminista hace uso de la acción directa para exigir justicia, ante la ineficiencia del estado para dar solución a problemas como el feminicidio y la impunidad de violadores.
A su vez, el bloque negro se caracteriza por acudir a la acción directa dentro de las protestas. Este bloque se caracteriza por utilizar capuchas y ropa negra con el objetivo de mantener el anonimato y así salvaguardar su identidad de la persecución política. Criminología Feminista señala al respecto, «ser parte del BN es una responsabilidad, debajo de la capucha hay trabajo político, historia, las acciones van más allá de romper y rayar, son un acto simbólico que proviene de la urgencia para provocar un cambio».
De igual manera, el Colectivo resalta, aunque estos bloques están relacionados históricamente con el derecho a la protesta, se enfrentan a una serie de estigmas. «Suponer, una persona cometió un delito por estar vestida de negro, es contario a la presunción de inocencia y a las garantías de derecho», explica el colectivo, mediante una cita de Amnistia Internacional para reivindicar el actuar del Bloque Negro.
Por otra parte, algunos colectivos que actúan bajo el concepto de Bloque Negro se han adjudicado la «responsabilidad» de «acuerpar» o «proteger» a los contingentes de las marchas del 8M. Así, dado esta función, este tipo de bloques utilizan distintivos y se encargan de brindar información sobre las actividades y organización de los contingentes.
La importancia del bloque negro en las marchas radica entonces en «encabezar» algunos contingentes y en mantener «seguras» a las mujeres que marchan en el 8M. Ante ello, los diversos colectivos con Bloque Negro hacen una serie de recomendaciones a quienes realizarán actos de «acción directa» o participarán en dichos bloques. Tales como cubrir bien su rostro y señas con las cuales puedan ser identificadas y actuar de forma segura y coordinada.
NotiPress/Juan Manuel Flores